El lunes fue día de mucha caminata, por zonas rurales de Coruña: por la mañana tuve que volver desde Los Rosales (San Pedro de Visma) hasta mi zona (Agra do Orzán).
El GPS interno me decía que tenía que subir hasta la calle de San Pedro de Visma e ir por el lugar de Gramela. Allí me di de cuenta de lo despejado que ya está el acondicionamiento del ajardinamiento del futuro Parque de Adolfo Suárez (presidente español que hizo posible la desactivación legal de la dictadura franquista), hasta con estanque incluido. Hay una senda peatonal por la orilla del nuevo cementerio parroquial de Visma y subí hasta la calle, con ovejitas pastando a un margen y todo.
Gramela no volvió a decepcionar: aldea en estado puro (la crisis tuvo una bendición: conserva parajes tan bellos como éstos). Hasta había vacas en el descampado más externo, el que está pegado a los edificios del Ventorrillo.
Por la noche, para volver de la zona del gran complejo comercial y de ocio Marineda, dado que no hay apenas tráfico, atajé por la zona de Agrela en la que está la antigua capilla de San Antonio (hoy conservada pero dedicada a usos no sacramentales) y en la que está el difunto Dolce Vita, un mausoleo cerrado a cal y canto (siempre la permanente fantasía mental de andar por sus interiores por la noche o por el día) y con un sin techo durmiendo al lado de una de las puertas. Para buscar una dirección subí por la zona de A Silva, rural aún, con una noche tranquila y con temperatura agradable con una buena parte de las casas en ruinas y tapiadas a cal y canto para evitar problemas y con nuevas construcciones al lado de la fuente del lugar de Cances.
Ningún comentario:
Publicar un comentario