Ayer, como hoy, como por donde vivo, hay muy buen tiempo, las noches son claras y las estrellas fulgen (si no hay contaminación lumínica). Yo vivo en un piso elevado, por eso puedo ver las estrellas y los dibujos que nos enseñan en el Planetario de la Casa de las Ciencias (si podéis, id alguna vez. Por la consumición de una cafetería, podréis ver una hora de deleite visual). Pero esta visión maravillosa depende de las zonas.
Ya hablé en otoño de la contaminación lumínica de la Travesía de Meicende (Arteixo). El miércoles pasado di un paseo bastante largo por la zona de la costa que baña Coruña y, al llegar a la Torre, decidí continuar por la zona de Punta Herminia, el Cementerio Moro (ahora Casa de las Palabras) y el Campo da Rata, es decir, Adormideras o Durmideiras. La zona que está junto al Hotel, poco antes de la playa de San Amaro, tiene pocas farolas, así que el cielo estrellado se podía ver en todo su esplendor, más o menos, porque yo no dejaba de estar cerca de una urbanización. Después, siguiendo por Pelamios, hacia el Dique de Abrigo, frente a la parte trasera del Cementerio de San Amaro (los coruñeses me entienden, y los que no lo son pueden, si lo desean, para conocer mejor esta zona, buscar en Google Maps o en un plano tradicional de papel), si había farolas estropeadas, se distinguían mejor las estrellas. A lo lejos, el faro de Mera en Oleiros...
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